Se encuentra situado en una colina, y a sus pies pasa el río Matarraña. Rodeado de altas montañas y de pinares. Una de estas elevaciones es Peña Aznar o La Caixa, con forma de mesa (1014 m.). De entre los elementos que definen el paisaje de Valderrobres, pocos son tan característicos como esta roca con forma de antigua caja de caudales, visible desde casi cualquier punto del territorio.
Se entra al casco antiguo por un puente gótico sobre el Matarraña, Difícilmente podría Valderrobres tener una entrada más espectacular que la que le brinda el impresionante puente medieval y el portal de San Roque. Pieza fundamental de su arquitectura e imagen perfectamente reconocible allí donde se mencione el pueblo. La construcción del puente parece estar asociada a la de sus murallas, así que podríamos fechar el inicio de las obras para construir el mismo en torno a 1390, con la petición que el arzobispo García Fernández de Heredia hace ante Juan I para construir dichas fortificaciones. Mucho más difícil seria afirmar con seguridad la fecha de su conclusión, seguramente a principios del siglo XV y estando Valderrobres bajo la prelatura de Dalmao de Mur responsable también de las plantas más altas de nuestro castillo. Se trata de un puente completamente medieval, de cuatro agujeros, extremadamente sólido y provisto de tajamares en forma de cuña pensados para protegerlo de fuertes riadas y evitar la acumulación de troncos. En el siglo XVI se asienta sobre su último tramo el ayuntamiento, modificando por tanto el aspecto del puente en su tramo final al conectar con la plaza. El puente atraviesa la antigua puerta principal de acceso al recinto amurallado. A finales del siglo XVI este portal fue consagrado a San Roque, protector ante las epidemias y Patrón de la población, quedando hoy en día como uno de los portales mejor conservados de todo el conjunto.